Las visitas de los abuelos son altamente positivas como un tipo de comunicación de los mayores respecto a sus nietos.
Este tipo de relación debe ser siempre potenciada por los padres ya que genera un efecto positivo sobre los hijos.
Sin embargo, existen situaciones en las cuales los progenitores deniegan ese tipo de comunicación a sus hijos con respecto a los mayores, bien porque se haya producido un divorcio de los padres o simplemente porque las relaciones abuelos con padres se haya deteriorado gravemente.
Cuando la comunicación de los abuelos con sus nietos es el resultado de una quiebra matrimonial por separación o divorcio, se produce como efecto añadido la incomunicación de los nietos con sus mayores, produciéndose un efecto negativo en los menores.
Los abuelos como personas de alta experiencia por su propia trayectoria vital sirven como elemento de referencia y de la transmisión de los valores de al familia con respecto a sus nietos.
Existen otro tipio de situaciones en las que aún no existiendo divorcio o separación de los padres son las propias rencillas existente entre los abuelos y los padres del niño las que generan una situación conflictiva que impide al relación de los mayores con sus nietos.
Los Tribunales han repetido reiteradamente que estas malas relaciones entre padres e hijos no pueden impedir ni ser justa causa que obstaculice el derecho de visitas de los abuelos con respecto a los nietos.
Este tipo de visitas está regulado por la llamada “ley de los abuelos de 2003” integrada en el Código Civil en el cual se establece que no se podrá impedir sin justa causa las relaciones del niño con sus mayores, así como otros parientes o allegados.
Cuando hay discrepancias de criterio deberán ser los Tribunales, a través del proceso oportuno los que deban decidir si se impide la visita de los vuelos a los nietos o por el contrario, no se debe impedir.
La ley establece que únicamente por una justa causa se podrá impedir este tipo de comunicaciones, sin embargo, el concepto de justa causa no queda desarrollado en el texto legal del Código Civil y el Tribunal Supremo únicamente ha señalado que las relaciones de lao abuelos con los nietos sólo podrán impedirse cuando exista una falta de vínculo afectivo con los mismos o ante una clara ausencia durante un tiempo muy prolongado con los pequeños.
Igualmente, se podrán denegar cuando existan malos tratos con respecto a los pequeños, situaciones de abuso infantil o existencia de conductas ilícitas o impropias al realizar estas manifestaciones orales que destruyan la autoridad de los padres.